El Castillo de Santa Bárbara es una imponente fortaleza del siglo IX situada en la cima del monte Benacantil. Ofrece vistas espectaculares del Mediterráneo y una historia fascinante que abarca desde la época musulmana hasta la actualidad. 

El Casco Antiguo de Alicante es el alma histórica de la ciudad, un laberinto de callejuelas coloridas, plazas con encanto y arquitectura tradicional. Aquí se encuentran joyas como la Concatedral de San Nicolás o el barrio de Santa Cruz con sus casas adornadas de flores.

La Explanada de España es el paseo más emblemático de Alicante, un icónico bulevar junto al puerto que cautiva con su suelo ondulado de más de 6 millones de teselas en rojo, negro y blanco. Flanqueada por palmeras, esta avenida es ideal para disfrutar de un paseo relajante.

La Playa del Postiguet es la más icónica de Alicante, situada a los pies del Castillo de Santa Bárbara y junto al casco urbano. Su arena dorada, aguas tranquilas y su animado paseo marítimo la convierten en el lugar perfecto para relajarse y disfrutar del Mediterráneo.

El Barrio de Santa Cruz es el rincón más pintoresco y encantador de Alicante. Este barrio destaca por sus estrechas calles empedradas, casas blancas con balcones floridos y una atmósfera andaluza única. Es el lugar perfecto para pasear y descubrir miradores con vistas espectaculares.

El Castillo de la Atalaya, en Villena, es una imponente fortaleza del siglo XII con una historia de batallas y conquistas. Su estructura destaca por sus robustas murallas y su torre del homenaje con inscripciones árabes. Ofrece vistas espectaculares y es un legado medieval de la región.

Durante tu visita, si dispones de tiempo te recomendamos visitar ciudades icónicas como Benidorm, conocida por sus rascacielos; Villajoyosa, un precioso pueblo de esencia pesquera, o Altea, conocido como uno de los pueblos más bonitos de la Costa Blanca.